La francesa L'Oreal admitió haber utilizado técnicas de post-producción en las publicidades de sus marcas Maybelline y Lancôme.
Entre otros fines, la idea era "reducir las sombras, suavizar los labios y oscurecer las cejas" en la imagen de Turlington, pero la empresa agregó que el resultado final era fiel al conseguido con el producto.
La Autoridad de Estándares de la Publicidad estimó la queja de la parlamentaria liberal demócrata Jo Swinson, que durante años ha hecho campaña contra las imágenes de mujeres "demasiado perfectas y poco realistas" en la publicidad.
"Engaño" al público
Según le dijo Swinson a la BBC, las fotos estaban tan retocadas que engañaban al público sobre los potenciales beneficios de los productos.
"Que todos lo hagan no quiere decir que esté bien", dijo Swinson. "Hay reglas sobre lo que los anunciantes pueden hacer, y no deberían engañar al público sobre los beneficios de un producto", agregó la legisladora, que hizo un llamado a una "mayor honestidad" por parte de los anunciantes.
Swinson resaltó que una de cada cuatro personas en Reino Unido admiten estar deprimidas respecto a su aspecto físico y que los desórdenes alimentarios se duplicaron en los últimos 15 años.
En ese sentido, las "visiones imposibles de la perfección" no ayudan a resolver ese problema.
"Si Julia Roberts precisa tantos retoques, ¿qué nos queda al resto?", se preguntó la parlamentaria en diálogo con la BBC.
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