La Unión Europea ha abierto una investigación, en el marco de su política antimonopolio, sobre las prácticas del buscador Google. La investigación se abre tras la denuncia de tres compañías que se sienten discriminadas en las búsquedas y en la política de anuncios adosados.
Las tres empresas, según The Telegraph, son la británica Foundem, dedicada a la comparación de precios; Ciao, propiedad de Microsoft, y un buscador francés de temas jurídicos, eJustice.
Foundem sostiene que Google coloca sus enlaces en los resultados de búsquedas en un lugar que los hacen inaccesibles y lo atribuye a que su oferta puede suponer una competencia en el mercado de la publicidad digital. Google sostiene que no modifica sus algoritmos para penalizar ninguna búsqueda y que en el caso de Foundem se debe a que alberga poco contenido original.
Por otro lado, Google tiene una serie de casos abiertos en Europa de distinto signo. Esta semana se espera la sentencia de un tribunal italiano sobre Youtube, servicio de Google, por mantener en su sitio un vídeo que atentaba a la dignidad de una persona discapacitada. Google se defiende alegando que lo retiró cuando tuvo constancia de su existencia. En Alemania, las autoridades quieren limitar la toma de imágenes de StreetView y el proyecto de Google de digitalizar millones de libros también topa con la resistencia de editores y gobiernos europeos.
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